Contenido promovido por el Instituto de Experimentación y Formación Artística A.C. con el Centro Cultural La Otra Banda.
Por: María Esther Valle Hernández
De una manera repentina, casi violenta, una pandemia nos pone frente a una computadora o celular y nos obliga-sin preparación previa para muchos y muchas a enfrentarnos a clases a distancia.
La inquietud que en este momento me angustia como parte de una institución educativa, es la situación que estamos viviendo al enfrentarnos a esta postura sanitaria de la pandemia del covid. Me doy cuenta de lo útil que es toda la formación digital, los recursos tecnológicos, pues todas las complicaciones que estamos teniendo para enviar y recibir trabajos escolares, las plataformas, las ligas todo ello es nuevo para mí, de la misma manera para algunos alumnos que no cuentan con internet en las comunidades.
Me inquieta que en este tema sea invisible para las autoridades educativas, al no querer ver las dificultades económicas y digitales de las familias, y solo vean que las plataformas son una alternativa para las clases desde casa, no se preocupan por proveer a los estudiantes con las herramientas, y los recursos tecnológicos necesarios. ¡Pero claro se les dice a los niños, las clases también se transmiten por televisión! ¿Y díganme ya nos pusimos a pensar?¿Ya nos aseguramos que su televisión de puede programar para ver la clase que corresponde a su grado escolar? ¡Claro que no!, muchas veces en las comunidades no hay señal satelital o no es muy buena, en muchas ocasiones los niños tienen que salir a buscar un lugar estratégico para encontrarla y poder solucionar su problema a medias.
Tampoco saben si los padres de familia tienen dinero para darle dinero al niño, pues la pandemia les obligo a quedarse en casa viviendo con muchas limitaciones, sin poder comprar datos para sus hijos, pues por encima de ellos ésta el comprar leche, tortillas, frijol para poder alimentarse toda la familia.
Hay varias muy numerosas, que tienen niños en diferentes niveles escolares, solo cuentan con un teléfono celular, los maestros exigimos trabajos en tiempo y forma sin detenernos a pensar si realmente pueden mandarlos, cumplimos con decirles…tienes el día de hoy o un par de horas para hacerlo; por la mañana pasamos lista por WhatsApp, si no contestan tienes falta, así de sencillo. No sabemos que el hermano de primaria o de preparatoria se encuentran en el pase de lista o enviando actividades.
Han sido muchos los contagiados, varios de los alumnos han tenido pérdidas familiares por la pandemia, padres, hermanos, primos, abuelos, amigos a quien no han podido dar el último adiós.
Las enfermedades por estrés han estado a la orden del día, herpes, apendicitis, migrañas, y varias más, todo esto a causa del encierro, hay quienes son afortunados y cuentan con una huerta, un jardincito, por el contrario quienes tienen dos cuartos y su cocina y son familias grandes, es cuando se ven más afectados.
Nadie nos enseñó, no nos dijeron que una pandemia llegaría a cambiarnos la vida de manera tan drástica. Los pleitos dentro de la familia, la poca tolerancia, el no estar acostumbrados a estar todo el día juntos, el no buscar algo que los una en lugar de separarlos dentro de su contexto familiar. Hay que tratar de formar un ambiente de armonía de acercamiento y crecimiento para cada integrante, por el bien de todos.
Se habla de un pronto regreso a clases, a la normalidad, ojalá sea pronto, los niños necesitan con urgencia convivencia entre ellos, como antes; la socialización es importantísima para cualquier ser humano, pero sobre todo para los alumnos en edad escolar.
Mientras se da este regreso a clases, hay que confiar en los niños y jóvenes, hay que tener la seguridad, la certeza, que, a pesar de todo lo que están viviendo dentro y fuera de su familia, están aprendiendo cosas para la vida, lavan trastes, barren, aprenden a cocinar, ayudan a la construcción a su papá y al final del día se ponen a leer los libros y cuadernillos de actividades que acertadamente algunos maestros decidimos llevar a sus comunidades, aun corriendo el riesgo de un contagio. Me preocupa la educación de cada uno de los niños, hay alumnos de sexto de primaria brincaron a tercero de secundaria, debido al confinamiento. Me inquieta el saber que llegan sin los conocimientos necesarios cuando tengan que llegar de manera presencial.
Concluyo haciendo una invitación a las autoridades educativas que le apuesten a la educación a distancia, pero con las herramientas tecnológicas necesarias, internet gratis para todos y un equipo para cada alumno. De esta manera la educación a distancia sería un verdadero éxito un reto logrado y sin duda una alternativa para terminar un grado académico.
Invito a su vez a escuela, docentes, alumnos, padres de familia a iniciar unos talleres de Resiliencia. Basándome en el libro de Resiliencia y adaptación. “la familia y la escuela como tutores de resiliemcia. De Boris Cyrulnik y Marie Anaut [Coord.] editorial gedisa.
Escribo una parte de la contraportada del libro para mostrar mi interés por formar los talleres que en él se encuentran. Y analizar su contenido.
El principal escenario en el que se desarrolla la resiliencia, entendida ésta como el proceso frente a situaciones de adversidad que nos permite un aprendizaje mediante la experiencia, incluye dos de las principales instituciones de socialización: familia y la escuela.
En cada una de ellas hemos encontrado una figura importante que promueve el desarrollo socioemocional de los niños: la de los padres y la de los docentes, respectivamente.
Estoy consciente de enfrentar este reto, pero estoy segura que hay maestros y padres de familia dispuestos a cooperar, pues se encuentra de por medio la salud emocional de sus hijos y de ellos mismos. Formar equipos capaces de saltar barreras y tomar el aprendizaje que nos dejó a cada uno de nosotros la vivencia de esta pandemia.
Trabajar en conjunto rinde frutos a futuro, nos hace mejores personas y vencer las adversidades que lleguen a nuestras vidas de cierta manera aprendemos de cada uno de quienes lo conformamos. Las cosas no podemos hacerlas por nosotros mismos, sí hacer nuestra aportación, por pequeña que esta sea. Sigamos luchando contra la pandemia teniendo los cuidados y medidas necesarias, evitemos ser unos menos cada día. Gracias.
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