top of page

Sobre para qué ver teatro

Foto del escritor: LaOtraBanditaLaOtraBandita

Actualizado: 18 may 2021

Contenido promovido por el Instituto de Experimentación y Formación Artística A.C. con el Centro Cultural La Otra Banda.



Cuando yo era niña, mis papás nunca me llevaron al teatro. Crecí pensando que se trataba, más bien, de una práctica lejana. Un espacio reservado para algunos cuantos y no me pregunté qué pasaría sobre esos escenarios que, según yo, existían de forma limitada en Querétaro; no podía pensar en más de tres o cuatro espacios dedicados al teatro. Pasé una buena parte de mi vida viendo programas de TV y películas en el cine, alimentándome de realidades (en su mayoría) muy distintas a la mía. Nunca me molestó, y al día de hoy es algo que sigo disfrutando. Para mí, observar y conocer historias será siempre fascinante. Sobre todo, es una práctica sumamente importante para vivir en un mundo como el nuestro, que lo necesita seguido, que requiere de nuestros oídos, ojos, empatía y atención.

Sin embargo, la primera vez que fui al teatro me cautivó. Era un monólogo sobre una mujer a la que su marido dejaba para irse con una amiga que la pareja tenía en común. Este personaje, que se llamaba Constanza, pasaba por todas las etapas de duelo; empieza por el momento en el que llega a su casa y encuentra la nota (sí, la dejó por NOTA, ya ni una llamadita, imagínense), hasta que se resigna; entonces, sale a dar un paseo por la ciudad con la esperanza de distraerse un rato de su dolor, para terminar en una venta de garaje, reflexionado sobre los amores que han sido… y que serán.

Parece una historia sencilla, pero compartir cada momento con ella convirtió el suceso de una mujer abandonada en una experiencia emocionante. Sentí que Constanza y yo éramos mejores amigas; y si a ella la habían dejado por la amiga, si ella no quería ir más a trabajar para llorar y terminar en una venta de garaje, yo me sentía afortunada de haber estado a tres metros de ella, mientras nos compartía en carne viva las ideas que pasaban por su cabeza y su corazón. Porque el teatro es eso, es compartir. Cada que vemos una obra estamos compartiendo un momento que no volverá más.

De ahí no paré. Seguí asistiendo a obras; las primeras veces que lo hice terminé llorando (aunque fuera una comedia), porque me sentía maravillada de lo que el arte puede hacer en las personas. Yo no sabía ponerle nombre a lo que estaba viendo, que si la vanguardia, que si el género, que si la teoría o la técnica. En una ocasión, salí aliviada de haber vivido una historia que me sacara de la mía, estaba agradecida de haber olvidado lo que pasaba conmigo por hora y media. En otra, la conmoción nació de escuchar textos bellísimos que se sentían como si, por fin, alguien hubiese encontrado las palabras para decir todo lo que yo alguna vez quise decir, y nunca supe cómo. Una noche vi la adaptación de una obra llamada La Panadería que denunciaba los abusos que vive la clase trabajadora. El texto original fue escrito en Alemania hace unos cien años, pero lo presencié en México 2017 y era más vigente que nunca. Fue una experiencia inspiradora, indignante y emocionante.

Entrarle a vivir una obra de teatro, incluso siendo espectador, es decirle a una historia: hola, soy (tu nombre) y vengo a ver qué tienes que decirme. Vamos a reír, o llorar, o pensar, o no pensar, o a lo mejor todo al mismo tiempo. El chiste es que vamos a compartir un momento; y queriendo o no, despertaré mi empatía en este espacio en el que importa lo que le sucede a un personaje, lo que piensa, lo que dice y lo que calla. Y, ojalá, todo esto dure un poco más del tiempo que pasemos aquí juntos.

No es por nada que el teatro ha estado presente desde la antigua Grecia. Desde antes, incluso, estaba el teatro ritual. Y ha ido cambiando y creciendo a la par que nuestras ideas como humanidad y comunidad lo han hecho.

Claro que el teatro necesita de muchísimo trabajo y estudio para ser profesional. Pero el centro del arte es humano, y lo vivimos a diario. Tenemos tantos espacios, artistas, proyectos y propuestas en Querétaro.

Esta es una invitación abierta para acercarnos y descubrir mundos que han estado siempre a nuestro alcance. Tal vez al verlos te ves a ti mismo, o a tu vecino, ves las cosas que más te molestan de tu mundo ser pronunciadas y recibir su merecido, tal vez te ves a ti mismo recibirlo. Tal vez te emocionas de una forma que no conocías, descubres formas de hacer teatro que nunca habías visto. Tal vez encuentras las palabras que siempre buscaste y entiendes que no eras la única persona que las necesitaba. Tal vez te das cuenta de que no estás tan solo como creías.

Ver teatro es importante, escuchar las historias de otras personas es esencial. En un mundo que crece en el individualismo, que se vuelve frío, que se olvida de lo que nos hace humanos, de las cosas que hacen que valga la pena estar vivos, creer en el arte es más necesario que nunca. Hacerlo es creer en nuestra humanidad.


29 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
LA DISCAPACIDAD

LA DISCAPACIDAD

Comentários


    Caplofo2ture.PNG
    Copia de El caparazón.png
    Calogopture.PNG

    Invierno 89, Col. España. Barrio del Tepetate

    © 2022 por La Otra Bandita

    bottom of page