Seminario institucional ¿Cómo rompemos el pacto patriarcal?
- LaOtraBandita
- 8 oct 2021
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Contenido promovido por el Instituto de Experimentación y Formación Artística A.C. con el Centro Cultural La Otra Banda.
El pacto que mantiene y reproduce el sistema patriarcal no se limita a acuerdos entre varones, sino que incluye instituciones, normas y personas de ambos sexos; lo cual, posibilita la perpetuación del dominio masculino en la sociedad, además de guardar el silencio cómplice de las violaciones en contra de las mujeres.
Juan Guillermo Figueroa Perea (Profesor-Investigador/ COLMEX)
El pacto patriarcal se posiciona como un elemento que mantiene el ejercicio de violencia contra las mujeres, es por esta razón que se debe problematizar colectivamente que se interpreta por “actos patriarcales”, ya que existen diversas formas de entender lo que es el pacto patriarcal. Debe evitarse la generalización, dogmatizar, crear macrismos, y, por el contrario, tratar de superar victimismos y autoflagelaciones.
Apoyado en la socióloga María Jesús Izquierdo se reconoce que, si queremos luchar en contra del patriarcado, lo que se necesita es entender que el patriarcado no está referido únicamente a conductas individuales de los sujetos, sino que se vincula a condiciones estructurales, económicas y psíquicas.
Partiendo del reconocimiento de la diversidad de interpretaciones en torno a los actos patriarcales, Figueroa retoma algunas ideas centrales de diversas autoras desde las cuales se pretende generar una aproximación al entendimiento de lo que significan los “actos patriarcales”.
a. Estos son pactos entre los hombres a través de los cuales se apropian de los cuerpos de las mujeres, pero además la violentan, no solo físicamente, sino en no tomarlas en cuenta
b. Se reconoce como una institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres.
c. El patriarcado es una toma de poder por parte de los hombres sobre las mujeres
d. Desde la perspectiva de una de las autoras se ha mantenido lo que ella nombra como un “pacto entre caballeros” que muestra una complicidad entre los jerarcas de la iglesia y múltiples políticos que establecen las leyes y las normatividades sociales.
e. El patriarcado lo reproducen personas de ambos sexos, porque es el sistema, no las prácticas, no se trata de centrarnos en los productos del patriarcado sino en desmontar y cuestionar al sistema que construye a los hombres.
f. Lo perverso del patriarcado para los hombres es que, al asumirse como el sujeto de referencia, no ven la necesidad de reflexionar sobre sí mismos, porque se asumen dados como obvios, no tienen que justificarse ante los demás.
g. Los varones no son sujetos del patriarcado, son objetos del patriarcado, las primeras víctimas de los mandatos de masculinidad que se asocian con el patriarcado son los hombres, porque son los que instrumentan el sistema. “Pareciera que los hombres son el brazo armado del patriarcado”.
h. Los pactos son acuerdos entre hombres para reproducir comportamientos masculinos, comportamientos que la sociedad nos dice que son masculinos.
A partir de estas ideas, Figueroa presenta su propia conceptualización en la cual, plantea que el patriarcado es una cosmovisión y si lo es, quiere decir una visión del mundo, un marco de referencia para interpretar la realidad. Lo que incluye creencias, conocimientos, conceptos, y si esto fuera así, para romperlo deberán demostrar las creencias y los argumentos. Por lo cual se plantea la interrogante de ¿cómo desmontar creencias cuando estas son conocimientos obvios?
Figueroa expone de igual forma algunos elementos que considera claves en el entendimiento de los actos patriarcales:
a. La masculinidad no es un comportamiento de los hombres sino una posición en las relaciones sociales, en los sistemas de sexo-género
b. La masculinidad es una dimensión política del ejercicio del poder, la cual puede ser replicada por personas de ambos sexos.
c. El enemigo como mujeres no son los hombres sino el sistema patriarcal y cualquier persona, sistema o institución que lo reproduce.
d. Hablar de los privilegios de los hombres, los hombres deben de renunciar a los privilegios.
e. Muchos hombres han naturalizado e introyectado como parte de su cosmovisión que ser hombre incluye violencia, que no ven los umbrales de violencia de la misma manera que las mujeres.
f. Hay silencios de los hombres por alienación, porque lo ven diferente y negaron que la sociedad patriarcal los dejara expresar la violencia con la que viven.
g. Si queremos desmontar la violencia que ejercen los hombres, es necesario desmontar el silencio sobre la violencia que viven ellos mismos.
h. No se es responsable por lo que la sociedad hizo con uno, de lo que se es responsable es de que hago con cómo me socializaron por ser capaz de tomar conciencia.
j. La agencia que el patriarcado le ha bloqueado a hombres y mujeres es la incapacidad de reflexionar sobre sí mismos, quizá porque en colectivo las que son más desfavorecidas son las mujeres eso las ha llevado a ser más reflexivas.
Finalmente, como invitación a la reflexión con respecto a la pregunta central del seminario; Figueroa expone los siguientes puntos.
Si el patriarcado es una cosmovisión, lo que necesitamos es un diálogo multidisciplinario, con todas las disciplinas que estudian la subjetividad; no se trata de voluntarismo, amenazas o castigos. Hace falta ver cómo sentimos, pensamos y construimos nuestras respectivas cosmovisiones.
Necesitamos un cambio estructural en el organigrama socio-simbólico-patriarcal que cuestione sus categorías de conocimiento, instrumentos conceptuales, sistema productivo, ejercicio de la política, la forma en la que se estructura la sociedad y en pocas palabras que desestructure la cultura y la civilización.
A manera de preguntas plantea lo siguiente:
¿No sería necesario que compartiéramos nuestros puntos ciegos? A través del escuchar a otros. Tenemos que escuchar a las mujeres y dialogar con ellas.
¿Por qué no compartimos estrategias para desalinearnos, desenajenarnos reconociendo nuestros malestares, nuestros dolores , las injusticias, violencias de las que somos víctimas?, haciéndolo desde una lectura no maquea.
¿No será que en la academia nos hace mucha más falta una práctica de acompañamiento de ciudadanía? Socializar saberes, devolver el conocimiento, construyendo nuevas categorías y términos, a través de un diálogo crítico con la población que nos permite investigarles.
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