Querido hombre:

Contenido promovido por el Instituto de Experimentación y Formación Artística A.C. con el Centro Cultural La Otra Banda.

Querido hombre: hoy te hablo a ti, padre, hijo, hermano, nieto, amigo, compañero.

Te pido que escuches con el corazón atento.

¿Tú crees que que a mí no me duele?

Me duelen los hombres que exigen abortos a sus compañeras, me duele la soledad de la madre que gesta sin compañía, me duele el abandono que sufren las hijas e hijos porque tú no estuviste preparado para asumir esa responsabilidad. Me duele cuando esas crías preguntan "¿Por qué yo no tengo papá?".

Me duele verte incapaz de mirar, como compañera, a la mujer que te eligió y a la que tú también elegiste. No eres más, tampoco eres menos.

Me duelen tus jornadas de trabajo absurdamente largas. En pro de conseguir más dinero y levantar tus negocios, se te olvida que los vínculos con tu familia y amigos también requieren cuidado.

Me duele verte fatigado, irritable, iracundo, estresado por la vida que has elegido vivir. ¡Sí, la has elegido tú!

Me duele verte incapaz de asumir tu tristeza, tu vulnerabilidad, tu necesidad de compañía y afecto. Me duele ver cómo mueres en la borrachera, en accidentes fatales de tráfico o trabajo, me duele ver cómo te pierdes en alguna droga. Me duele ver cómo pospones tu salud.

Querido hombre, tienes derecho a enojarte, a estresarte, a estar frustrado; pero no tienes derecho a desquitarte con nosotras ni con nuestras crías.

Soy madre de dos niños y no puedo sola. Necesito que te interese ser un mejor referente para todos los niños, para todas las niñas.

Deseo que a la que camine a tu lado la veas como compañera y puedas honrarla y respetarla.

Creo firmemente que existen formas más sanas de relacionarnos, donde todos podamos coexistir en armonía.

Pero nosotras no podemos hacerlo por ustedes, no queremos y no nos corresponde.

Querido hombre, hoy te hablo a tí. Ojalá me hayas escuchado con el corazón abierto.

Lucía Buenrostro Lizardi