LA IMPORTANCIA DEL AGUA, PARA LA VIDA Y EL ESPÍRITU: en la época prehispánica y en la actualidad.
Durante toda la vida, el agua ha sido un elemento primordial para la vida del ser humano, no solo para el ser humano, sino para todo ser viviente en el planeta. Recordemos cómo las tribus nómadas y seminómadas iban buscando o asentándose un tiempo, donde la flora y la fauna existían en gran número en una época determinada para el consumo humano. Después llega, el descubrimiento o hallazgo de la agricultura y otras técnicas para la mejor estadía.
Con la llegada de la agricultura, se tienden a asentar varios grupos humanos en regiones propias a ésta. En cuanto al clima y al suelo comienza el florecimiento de un calendario del temporal regional, acentuando el asentamiento de varias tribus, conformando aldeas, pueblos y ciudades. El ejemplo más palpable con el que contamos es con la ciudad de Tenochtitlan la cual se originó en medio del lago de Texcoco, donde se desarrolló la vida de aquel pueblo nahua-chichimeca salido de Aztlán, donde la historia y el mito se funden. Lo que ahora es la ciudad de México.
Damos paso a las técnicas de uso y recaudación de agua en distintas partes en la antigüedad en México. Como el “almacenamiento de agua de lluvia se practicaron en Mesoamérica desde tiempos muy antiguos y se han documentado arqueológicamente en muchos sitios, sea en forma de depósitos subterráneos, o a cielo abierto, así como en recipientes. El agua se captaba mediante canales y zanjas, aprovechando el agua rodada (impluvio en patios y casas, o en el campo, en jagüeyes, con bordos, etcétera), o bien, conduciendo a depósitos la que se precipitaba en los techos de las viviendas y edificios por medio de canoas o canjilones de madera o pencas, canalitos u otros pequeños conductos” (Teresa Rojas Rubiela. (2009). Cultura hidráulica y simbolismo mesoamericano del agua en el México prehispánico.2022, de CIESAS Sitio web: https://agua.org.mx/wp-content/uploads/2018/01/Cultura-Hidraulica-y-simbolismo-mesoamericano-del-agua-en-el-Mexico-prehispanico.pdf).
Los denominados jagüeyes facilitaron el agua necesaria para el consumo doméstico en regiones con falta de otras fuentes de suministro que las complementaron con ésta durante el periodo menguante. El agua se lleva del jagüey a las casas en recipientes y luego se guarda en diversos depósitos (pilas, pilancones, grandes ollas o tinajas enterradas o no, etcétera).
La palabra “jagüey”, según una versión contenida en el Diccionario de Mejicanismos de Santamaría, es maya, pero según otra es tahína (Cuba,Antillas), y fue empleada desde los primeros ciudadanos de la Colonia por los españoles para describir los depósitos pluviales a cielo abierto que encontraron en diversas regiones del centro y sur de la Nueva España. En náhuatl, el jagüey es atecochtli o bien atatactli (de tecocht/i, "sepultura, fosa, hoyo, cavidad, barranca" y tataca "rascar, cavar la tierra"). Un paraje con jagüeyes cercano a Tlayacapan, Morelos, por ejemplo, se llama precisamente "Los Atatacos" (información de campo de Teresa Rojas).
Estos son algunos de los distintos ejemplos de las diferentes formas de uso en la antigüedad y no solo en el centro del país (parte norte de mesoamérica). Estos conocimientos se extendieron y fueron fuertes conocimientos que ayudaron al uso correcto del agua. Ocupando hasta el agua que corría por los tejados. Recolectar el agua para el uso diario y la ingesta de este líquido vital. Por otro lado, pero del mismo modo, el agua formó parte fundamental para la vida dada por los Dioses, es decir, lo divino.
En un escrito anterior mencioné lo fundamental que era la dualidad en la vida tanto, el agua/tierra, el frío/caliente, lo duro/blando; la noche/día; lo femenino y lo masculino. Para generar una vida plena en este plano corpóreo. Aunque el cuerpo y las cosas solían ser o pensaban ser regidas por fuentes anímica e intangibles. Es decir, propias del lugar, hora y fecha de nacimiento por dar un ejemplo.
Un símbolo de esta unión y algo que nos acerca a lo divino es el humo o vapor que sale al juntar estos dos elementos como el baño en temazcal. Lo vemos y percibimos en actividades muy cotidianas como al hervir el agua o derramarla en un objeto caliente, al verter el líquido sobre el fuego se origina un vínculo con lo divino, haciendo la vida misma.
En la actualidad se ha perdido, todo respeto a todo elemento de la NATURALEZA, más al agua. Viéndolo como mero recurso económico y mercantil por todos. Aún hasta por algunos que dicen hacer consciencia de su uso, pues creo que debemos sacarnos de la cabeza “el costo que acarrearía limpiar el agua”, por ejemplo. Pues es una parte fundamental para mantener la vida de todos los seres vivientes, que todo aquel que pueda y tenga los medios de salvar el agua, los aporte y olvide “los costos” o “ganar más o menos dinero”. Pues recordemos que, según la RAE la “tecnología es el conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico”. El mejor uso de los medios, la acumulación de todo el conocimiento dado por las pasadas generaciones a las nuevas, para que nuestra vida sea más fácil y placentera, NO “la tecnología es el medio para ganar más”. Aunque en el “sistema mundo” actual esa idea permea en la mayoría de las personas.
Por último, se invita a la sociedad en general a realizar un examen de conciencia sobre el uso que le damos, pues claramente si existe una reducción considerable de agua. Aunado a esto, hay un excesivo consumo para la realización de productos, un ejemplo es la industria textil. Sin contar la privatización de “esta vida líquida” pues, solo se ve la forma de “ganar más” en perjuicio de la población.
HUGO ARMANDO ALVARADO GUERRERO – Licenciado en historia
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