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La heterosexualidad obligatoria de los hombres y la fobia a las sexualidades disidentes

Contenido promovido por el Instituto de Experimentación y

Formación Artística A.C. con el Centro Cultural La Otra Banda.



La heterosexualidad obligatoria es un componente de la masculinidad hegemónica o de los modelos de masculinidad que impiden alcanzar condiciones de igualdad de género; porque además de que supone imponer un modelo de vinculación sexo afectiva a los cuerpos, también es un componente fuertemente asociado al binarismo de género; es decir, la masculinidad es un componente socio cultural del orden de género que se impone sobre los cuerpos sexuados de los machos biológicos de la especie humana y que además, a sido pensado como una manera previa en relación con las feminidades y las mujeres, en el sentido de que la masculinidad sería opuesta y complementaria a la feminidad de las mujeres, al mismo tiempo que establece modelos de vinculación deseables entre hombres y mujeres.

Al introducir el concepto de heterosexualidad obligatoria en la interpretación de las masculinidades, lo que se puede lograr es identificar un criterio de diferenciación entre las masculinidades para así, evitar el pensar que todas las masculinidades son una misma.

Carlos Martínez Munguía (UDG)

• Existen cuatro ejes desde donde los jóvenes sienten que se articula la masculinidad los cuales corresponde a: la valentía, la resistencia física, la potencia sexual y la expresión emocional, todos ellos permeados desde la masculinidad hegemónica y la homofobia. Estos mandatos de género se actualizan a través de reforzadores y castigos, los reforzadores están dados por el reconocimiento de otros hombres y la aceptación del grupo social de referencia. En este sentido se percibe a la homofobia como un mecanismo de control social.

• En la relación homofobia-masculinidades, se debería visibilizar a la homofobia desde una perspectiva de control social, más que solo como el miedo u odio a las sexualidades disidentes.

• Dentro de los grupos de la diversidad, sigue habiendo discriminación como algo intrínseco al ser humano, la discriminación.

• Cuando hablamos de masculinidades, el concepto es algo inalcanzable, al momento yo no reconozco alguien que pueda nombrarse como hombre-hombre por que es un ideal hasta cierto punto utópico.

Gustavo Oswaldo Salvador Alcalá (UABJO)

• La experiencia universitaria está marcada por una mirada extremadamente homofóbica y misógina, porque aquellos que ejercen discriminación no han entendido y no quieren preguntarse por qué están ahí y por qué tienen estos privilegios. Ahora que se ven amenazados por todas las personas que vienen liderando las luchas con ideales igualitarios y de respeto, lo que se busca es quitarles los espacios que no han utilizado de manera correcta.

• Podemos empezar a dinamitar estos espacios para que comience a haber pláticas y nuevas formas de distribución y de entendimiento de todas las personas desde otra perspectiva, desde la perspectiva de género.

Kani Lapuerta Laorden (UNAM)

• La universidad es por sí misma, una institución profundamente patriarcal, trasformar su estructura en su totalidad es una tarea complicada por lo cual es necesario trabajar con el reconocimiento de estrategias que permitan hacer del tránsito en la universidad un proceso más “vivible” y menos violento.

• Los debates dentro de estos de estos espacios sobre masculinidad están muy centrados en ese lugar de cómo dejar de generar ese malestar, cómo dejar de violentar y cómo dejar de generar violencia y no estamos pensando cómo estamos generando bienestar.

• Pensar cómo opera la masculinidad cuando habitamos un privilegio es muy difícil; el ver cómo está operando en todos los sentidos; por lo cual pensar este campo de estudios o de reflexión de las masculinidades únicamente desde los hombres, es algo como muy sesgado.

Manuel Méndez Tapia (BUAP)

• Hay dimensiones de la violencia que están sujetas a regímenes de visibilidad y hay formas múltiples y ejercicios de violencia que no necesariamente son ejercidos de manera directa abierta o centrada tal y como se desarrolla en el famoso concepto de violencia simbólica.

• Hay una violencia brutal y que de alguna manera opera en términos de lógicas de exterminio; una de las expresiones de esas múltiples violencias ocurría en el curso de la vida cotidiana, es por medio de la burla o esas bromas que muchas veces pueden parecer matizadas o amortiguadas pero que pueden también tener unos efectos durísimos con relación a la gente cómo vive el tema de la humillación y de la vergüenza asociadas con la orientación sexual o de género.

• En el imaginario es impensable la posibilidad de la posesión corporal, esto remite a estas lógicas estructurales históricas culturales en los cuales lo que está legitimado socialmente es la conquista la posición y la dominación del cuerpo femenino de los cuerpos feminizados; el hecho de suponer así sea imaginariamente en esa posibilidad de la penetrabilidad del cuerpo masculino desde lógicas heterosexuales resulta una cosa terrorífica. En el centro me parece que uno de los ejes articuladores es un miedo, un rechazo y un repudio hacia la homosexualidad y todo lo que se figure como la homosexualidad el homoerotismo o la homofobia.

• Uno de los temas claves que me parece tendremos que estar prestando atención es el tema del consentimiento; cómo se trabaja el consentimiento o cómo podría trabajarse el consentimiento.

Miguel Corral Estrada (UNAM)

• Tenemos que ser conscientes de que todavía los espacios sobre las discusiones o la reflexión sobre las nuevas masculinidades son muy acotados, que nos falta mucho para que ésta sea una práctica más generalizada en nuestra sociedad en general.

• Tendríamos que empezar a cuestionar qué tan útil es o qué tan útil nos sigue resultando seguir construyendo identidades rígidas en lugar de empezar a generar dispositivos para poder escapar de ellas y poder generar otros devenires que estén mucho menos encriptados en lógicas, que sean prensiles más a la heterosexualidad. Está discusión me parece importante trayendo a colación lo gay y lo marica porque en efecto creo que lo gay sigue siendo muy disruptivo en muchos términos, me problematiza y genera angustia la clasificación tan dura que se genera.

• Pareciera últimamente o cada vez más que nuestra participación de la sociedad es aceptada en medida de que se generan esas adecuaciones al marco hetero social; seguimos reproduciendo las mismas lógicas que no nos dejan escapar de las opresiones que cotidianamente vivimos y que se traducen en las experiencias de violencia, agresión, acoso, chantaje y extorsión que todos los días vivimos.



 
 
 

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