Contenido promovido por el Instituto de Experimentación y Formación Artística A.C. con el Centro Cultural La Otra Banda.
LIC. HUGO ARMANDO ALVARADO GUERRERO - HISTORIADOR
En una vecindad de entre “el barrio del tepe” y “el cerrito”.
Transcurría el año de 1950 en un lugar muy conocido de Querétaro, que se encontraba en las inmediaciones de entre el barrio “del cerrito” y “el tepe”, al norte de la ciudad, donde nació nuestro personaje principal al que llamaremos Pepe o Don Pepe. Pepe, quien dio su primera mirada a la vida con ayuda de “Doña Sefe”, quien ayudaba en esa época en el parto de algunas mujeres. Quien era muy conocida en la ciudad, pues también era maestra de primaria de la escuela “Naciones Unidas”, vivía en la calle “Reforma” casi esquina con la calle “Josefa Vergara” en el centro histórico.
Él dicho niño ara hijo de Doña lupita y Don Tomas. Ella se dedicaba a labor del hogar y él era trabajador de un telar, ubicado en el barrio de “la trinidad” y otras veces en uno del barrio de “la cruz” – ambos ubicados en la mencionada ciudad-.
Para 1953-54 se vivía de una manera muy hogareña y no se contaba – muchas de ellas- con energía eléctrica y red de agua potable. Existían pilas o fuentes comunales para que las personas fueran por agua, siendo esta una tarea cotidiana, la que era una actividad laboral para muchas personas para llevar sustento al hogar. Esto en la llamada “la otra banda” en Querétaro. Durante esta época en Querétaro el sistema hidráulico aún era carente, un cambio que inicio en los años cuarenta –prolongándose una década más - por un reclamo social de los habitantes de la época- y así lo señala CEA:
…en la década de los años cuarenta, la eficiencia de los servicios de agua potable y alcantarillado, se hace necesaria como un reclamo social por el alto índice de enfermedades gastrointestinales que aquejan a la población de usuarios; en consecuencia, el problema de eficiencia de los servicios se transforma en un problema de salud pública, que empezó a tratar a través de la utilización de aguas subterráneas con la perforación de los primeros pozos profundos para el suministro de agua potable de la ciudad.
Dicha situación se prolongó en la década de los años cincuenta, pues se trataba de remediar enfermedades endémicas, producidas por la mala calidad del agua ingerida y que a su vez se constituye en una necesidad de construcción de infraestructura hidráulica para despegar en el proceso de industrialización de la ciudad de Querétaro, de acuerdo al Plan de Desarrollo Nacional, que se dio en los años sesenta.
Alumbrado y tesoros
Por otra parte, en las casas una vela, la luna y las estrellas eran el alumbrador del hogar y las calles, regularmente por las noches, que se tornaban misteriosas por una oscuridad, en la cual volaba la imaginación. Hablando de velas, en este conjunto habitacional o vecindad donde vivía Pepe, también vivía un señor llamado Eduardo, mejor conocido como Don Lalo por la “chiquillada” y vecinos, quien fabricaba velas, pero de sebo. Las cuales tenían mucha demanda en aquella época. Las que se podía adquirir en las principales tiendas de abarrotes de la ciudad. Estas velas de sebo son utilizadas aparte de alumbrar simplemente para algunos ritos religiosos. Se elaboraban estas tradicionales velas que simbolizaban la luz de regreso de los fieles difuntos en el Día de Muertos, del 1 al 2 de noviembre -por ejemplo.
Del mismo modo, casi terminado el día, cuando la noche llegaba, lo tétrico que se hacía presente en la vecindad, donde había aproximadamente veinte casas, un gran patio en medio y una nopalera circundando a esta, dos mezquites.
Unos inquilinos de la vecindad criaban cerdos y decidieron utilizar esta nopalera o la parte que se encontraba a modo, para hacer un pequeño corral y poner a unos “cochinitos”. El dicho lugar también era utilizado por la “muchachada” para jugar, a quienes encargaron los puercos para que no se echaran, pues la herida se podía infectar -ya que en un cierto momento habían castrado a los porcinos-. Así pasaron las horas y fueron a revisar a los marranos, dándose cuenta que la “muchachada” olvidaron la encomienda que les pidieron hacer. Misteriosamente a la hora que hicieron la visita para revisar a los porcinos, con sorpresa se dieron cuenta que los mismos animales habían escarbado con sus patas a tal grado que lograron descubrir un entierro de monedas(tesoro). Sin decir nada se fueron del predio, repartiendo la carne de los animales, se dice que: recogieron dicho tesoro y procedieron a dar muerte a los marranos repartiendo la carne entre la gente que ahí vivía. Desapareciendo éstos al otro día sin dejar rastro. Dándose a la fuga los inquilinos con el dinero encontrado.
Mucho del dinero encontrado, en este y otros lugares de la ciudad era algo común, considerados ocultos, velar el dinero por miedo a ser hurtado, robado, sustraído, más en la época revolucionaria.

Sucesos inexplicables
Una de estas noches en aquella vecindad. Se encontraba Pepe y su papá viendo la tele, cuando Pepe vio, como un calendario que se localizaba colgado en la pared era recorrido como con una mano, presionándolo contra la pared. Provocando en su pequeño ser, un sentimiento extraño, más que sorpresa. Contando de inmediato lo sucedido a su papá, levantándose el señor a verificar, no encontrando nada y al parecer todo normal.
Esta y otras historias o acontecimientos considerados extra normales pasaban en ese conjunto de viviendas en la muy famosa “otra banda”, abarcando un área de entre “el tepetate” y “el cerrito”, en la calle de Pipila, frente de donde ahora existe una pequeña plaza. De esta manera Pepe escuchaba- ya entrada la madrugada -que alguien barría una parte del patio central, causando extrañamiento en Pepito, saliendo éste a revisar y no había nadie escobando el patio. De igual forma él niño mencionado escuchaba gran alboroto en un cuarto adjunto, donde Doña Lupita – su madre- criaba pollitos para el consumo familiar y al ir de nuevo a revisar, los pollos se encontraban en los brazos de Morfeo y todo tranquilo.
De la misma manera muchos vecinos por su actuar eran presa de ser partícipes de relatos y apodos, siendo ellos los personajes principales. Existiendo uno de ellos portador del seudónimo de “el nahual”. Este individuo salía por las noches de su vivienda, regresando a la mañana con muchas cosas para su consumo o disfrute. Atribuyendo esta adquisición de mercancía “al hurto sobrenatural”, pues como se dijo, era supuestamente un nahual. Hablando de nahuales en otra ocasión Don Tomas escucho, como si alguien arañara, moviera algo del techo, siendo a la altura de un reloj de pared que tenía dentro de la vivienda. Al ir a verificar esto Don Tomas vio como una mano animalesca de forma rara salía de la casa por el techo, atribuyendo esto a un nahual, aunque tal vez era una simple “rata de dos patas”.
Así paso el tiempo los muchachos hijos de Doña Lupita y Don Tomas crecieron e iniciaron a trabajar esforzándose y recolectando todo lo remunerado por lo laborado, para así obtener un lugar propio donde vivir. Aprovechando oportunidades de estudiar o trabajar, penetrando en ellos la honradez, una conducta y cualidad poco vista en la actualidad.

Kommentare