Contenido promovido por el Instituto de Experimentación y Formación Artística A.C. con el Centro Cultural La Otra Banda.
Jesús Israel Nieves Romero
Mi trabajo es acompañar a los dolientes en su travesía; para un resignificar de su vivir, en donde ocupo mi conocimiento, la escucha, la intuición y la tolerancia. Así, se mirará frente a frente al padecimiento ajeno sin unirme o dar consuelo.
Es absorber ese dolor descontrolado y alojarlo hasta que pueda transformarse en un dolor soportable. Esto implica tiempo, ya que es un “sufrimiento mudo” y crea un sentido por medio de la palabra.
Me llama por teléfono un voz inconsolable y llena de angustia, agendamos una cita.
Tocó a mi puerta, se acomodó, y sin más, comenzó:
P - Tengo de casado 10 años, doctor. Estoy muy cansando de sentir que mi relación no camina, las diferencias o problemas no llegan a un punto. Creo que le pongo empeño a cambiar esta forma de conflicto, a veces espero que ella reconozca sus errores y con ello cambien, pero no veo nada.
Solo veo que ambos estamos distantes y molestos, ya hace tiempo que la alegría, el disfrute, la calidez de amor no camina por la casa.
T- Me parece que sí han caminado, pero no para el rumbo deseado. Tal vez los problemas son estáticos, ya que no hay nuevos, ¿pero más bien que sí es lo estático?
Porque si las cosas no avanzaran, al menos tendríamos la certeza de seguir en las misma emoción, pero cuando acrecienta algo se esta moviendo.
Pienso que si tus ideas son estéticas, con ello las formas de extender, sentirlas y actuar.
Entonces regresemos a la pregunta ¿qué es lo estático? ¿Lo fijo?
P- Con lo que me dices, pienso en las palabras: desvalorizado, reconocimiento, equitativo, exigido, castigado, lastimado.
T- Escucho tus palabras, pienso en una clasificación de sentimientos, carencias, expectativas o ilusiones y realidad.
Lo primero que viene a la mente es decirte: mencionas que haces grandes esfuerzos, que sientes que no son tomados en cuenta. Es decir, no te sientes apreciado, por lo tanto te molesta y entristece que no se te dé el valor justo.
P – Sí me siento así, tengo una idea de que estoy mal, que tengo un defecto. Es horrible sentir que nada llena o siempre hay un “pero”, algo que no termina de satisfacer o gustar.
T- ¿Satisfacer? ¿Gustar? ¿A quién?
P- A mi pareja.
T- Y cuando te refieres a ideas de “estar mal y tener un defecto” son los pensamientos que te vienen, ya que ella te señala que lo que realizaste no fue como se esperaba.
P- Sí, hasta por ello hemos tenido peleas. Porque lo hago y resulta que así no.
Hasta luego no quiero hacer nada, pero también de no hacer, hay un reclamo.
Me siento muy frustrado e impotente.
T- ¿Alguna ves te has sentido satisfecho de lo que haces? ¿Y cómo se siente?
P – (largo momento de silencio) Me parece que no (con una cara que interpreto de asombro).
T- No sé si alguien que está buscando la aprobación o reconocimiento de alguien, se pueda sentir satisfecho de lo que hace. Si eso que hace, lo camina con la evaluación y qué pesado es estar buscando el 10 de esa excelencia que es aplaudida, reconocida y premiada.
Qué doloroso, ya que depende de la visión, creencia y parámetro del otro, los cuales no serán satisfechos.
P - ¿Entonces qué hago?
T – En tu pregunta está la respuesta. Dejar de depender.
(Se mantiene un silencio.)
P- Dependo de su reconocimiento (comienza un gran llanto), de qué me diga cosas lindas, me duele lo que me dice. Me hace sentirme cómo cuando las maestras me señalaban y mis padres me reprendían. Yo le echaba muchas ganas, para mejorar, me costaba mucho trabajo, mucho mucho, en verdad me esforzaba. Que a mis hermanos los felicitaban y a mí me comparaban.
Hace años hicieron una idea errada para dizque motivar, quienes tuvieran calificaciones de excelencia tendrían unos premios y quienes no tuvieran calificaciones dignas se les aventarían limones.
Pues fue a mí a quien le dieron limonazos. Me dolió tanto, tanto tanto porque ese año me esforcé mucho, todavía de que me humillaran. Mis padres me preguntaban qué te falta, si tienes todo.
T- Tal vez te faltó, padres comprensibles, con una visión más en ti que en sus expectativas de ti. Es decir, alguien que viera que requerías apoyo y te acompañara.
Tal vez esperabas sentir que lo más importante fuera que te comprendiera que sucedía algo en tu proceso, que era difícil para ti explicar, que incluso posiblemente tú desconocías, porque tú buscabas su mirada de reconocimiento. Y claro que te esforzabas y te esforzaron mucho porque para un niño, un joven qué tan importante es sentir la mirada de orgullo de sus padres.
Es sentir un reconocimiento de que se es digno de su amor.
Quedó tan incrustada la búsqueda de su mirada, su reconocimiento que te permita ser digno del amor y de la existencia. Que aún sigues en ese círculo eterno de dolor y la búsqueda de reconocimiento.
P – (momento de llanto) Siento como si algo me atravesase el pecho, me rompió el corazón o tal vez ya lo estaba, solo hoy sé cómo se siente.
Camino desilusionado, con esfuerzos agotadores que no son para mí, sino para ese reconocimiento.
Pienso en mi pareja, creo que ella sí tiene unos modos que incomodan, pero el extra de dolor está en mí.
Pero también me duele pensar que elegí a alguien con formas que me detonan lo que viví con mis padres.
T- Por lo que entiendo, estás reconociendo que tu pareja no te dará lo que buscas.
Tal vez es momento de parar el círculo y elije el destino que quieres seguir, tomando en cuenta lo que quieres ser y jugar el destino que quieres elegir.
Te presento al amor propio.
Nos vemos la próxima sesión.
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